Sara María Larraín Ruiz-Tagle (68) es una ecologista y política chilena, que fue candidata a la Presidencia en la elección correspondiente del año 1999.  Actualmente es directora del Programa Chile Sustentable y Presidenta del Directorio. Ha sido una firme opositora a proyectos como Pascua Lama y las represas en la región de Aysén. ​Actualmente trabaja por una reforma al Código de Aguas (2011-2017) por el derecho humano al agua, la protección  de las fuentes de agua dulce y su recuperación  como  “bien público”,  además de una ley para la protección de los glaciares  andinos (2014-2017) amenazados por la minería.

Sara concedió una entrevista a la Fundación Glaciares Chilenos, en donde repasa el panorama actual de nuestro país en temas medio ambientales y envía un mensaje a la sociedad chilena.

 

En primer lugar, nos gustaría conocerla un poco más ¿Cómo llegó a liderar la lucha medioambiental en nuestro país? ¿Cómo nació este interés?

Sara: Vengo del área académica y principalmente estudié culturas asentadas en los territorios, tales como cultura aymara y pehuenche. Ahí me di cuenta de la importancia de la conservación de la diversidad biológica y de la naturaleza si es que tú quieres preservar las sociedades humanas. Por lo tanto la relación entre la diversidad y el conocimiento cultural y la conservación de las especies. Me pasé de una carrera más bien académica al activismo, vinculada a organizaciones no gubernamentales de interés público y concentrado en mejoras en la legislación, en las políticas públicas. Primero, estuve trabajando en armar varias oficinas de Greenpeace en América Latina, después armamos la Fundación Chile Sustentable y trabajamos en políticas públicas, principalmente agua, energía y biodiversidad.

 

Ahora usted es directora del programa Chile Sustentable ¿Cuál es el rol de Chile Sustentable en nuestro país?

Sara: Hemos sido los co-ayudantes de todas las nuevas políticas de transición energética desde el año 2005 (…) Hace nueve años que estamos monitoreando e incidiendo en la reforma del Código de Aguas y también trabajamos apoyando todo el proceso de la Ley de Humedales y asesoramos durante seis años a la Federación Nacional de Agua Potable Rural para la Ley de Servicios Sanitarios Rurales, que se aprobó el año 2017 y que ahora está pendiente el reglamento. Bueno y la Ley de Glaciares, obviamente, llevamos acompañando seis proyectos de ley, el primero el año 2006, junto con el senador Horvath, Navarro, Girardi, el primer proyecto de ley y después armamos el proyecto que presentó el diputado Melo en la Cámara de Diputados, que fue el que más avanzó y ahora también estamos siguiendo y monitoreando el proyecto de ley de iniciativa del senador Girardi y otros. 

 

Con respecto a su labor por una reforma del Código de Aguas… ¿Qué es lo que se quiere lograr con esta reforma?

Sara: El primer objetivo de este proyecto de ley es reforzar las aguas como bienes públicos de todos los chilenos y garantizar el derecho humano al agua potable y el saneamiento como un derecho humano fundamental que debe ser garantizado por el Estado. Segundo, es establecer prioridades de uso (…) Primero es el derecho humano al agua y actividades de subsistencia, después protección de la naturaleza y finalmente, los usos productivos. Eso genera una serie de elementos en el Código, por ejemplo: Los tipos que hoy en día tienen derecho al agua y no los usan se van a extinguir, los nuevos derechos de aprovechamiento se van a entregar solo como concesiones temporales, no como estos derechos a perpetuidad que tienen hoy en día, eso está en el artículo 6, el que no los usa se extinguen o se caducan, y por lo tanto vuelven al Estado. 

Esto ha sido súper lento porque la Comisión de Agricultura la tuvo como tres años y la paralizaron (…) Pero por lo menos avanzamos, lo que implica un paso súper importante para el proceso constituyente, porque ya están establecidos los temas: primero, agua – bien público, agua prioridad – derecho humano, segundo mantención y protección de las cuencas, protección de los glaciares y de ecosistemas, entonces yo creo que hay un avance súper importante porque después en el proceso constitucional igual vamos a tener que trasladar los principios constitucionales a las leyes sectoriales, entonces aquí va a haber mucho avanzado.

 

¿Cuánto tiempo de tramitación lleva esta Reforma en el Congreso y cuándo se pretende tener una respuesta?

Sara: Esa ley se presentó como una moción parlamentaria en la Cámara de Diputados el año 2011. Se empezó a tramitar a fines del año 2012 (…) Durante este Gobierno hemos estado prácticamente parados hasta enero de este año, en que después de como tres semanas maratónicas se logró sacar de la Comisión de Agricultura y ahora estamos en el Senado en la Comisión de Constitución. Una vez que termine, se va a la sala del Senado, para ser aprobado en general y se supone que ahí iríamos a Comisión Mixta porque hay diferencias en algunos artículos entre lo que aprobó la Cámara y lo que aprobó el Senado (…) O sea yo creo que queda por lo menos un año. Un año mínimo de tramitación porque el Gobierno no le está poniendo prioridad, todo lo contrario, están tratando de dilatarlo.

 

Sara María Larraín Ruiz-Tagle, ecologista, activista y política chilena, directora del programa de Chile Sustentable.

 

¿Cuál es el escenario actual de nuestro país en cuanto a escasez hídrica?

Sara: Yo creo que es gravísimo y en eso han coincidido todas las fuentes. Desde los estudios del CR2 el año pasado sobre la “Mega sequía”, el balance general que hizo la dirección chilena de agua, el último informe de la OSD de evaluación ambiental de desempeño ambiental de Chile, las distintas mesas del agua que han habido, tanto en el Gobierno pasado como este, el delegado presidencial del agua del Gobierno pasado, todos han coincidido en que la situación es crítica. Tenemos reducción de caudales promedio entre 50% en todas las cuencas. En la región Metropolitana es peor, tenemos la cuenca del Maipo, del Mapocho, en donde entiendo que es del 70% del déficit de caudales. Entonces tenemos una sequía en la última década y media para el norte chico y eso es una tendencia que no va a mejorar en el contexto del cambio climático, al contrario, y por lo tanto el país tiene que cambiar totalmente su forma de distribución, de acceso al agua y de gestión. 

 

¿Qué función cumplen los glaciares de nuestro país en este ámbito? ¿Cuál es la importancia de ellos?

Sara: En Chile hoy en día los glaciares son la principal reserva de agua dulce, sin duda. Son reservas estratégicas porque son millones de millones de metros cúbicos de agua en forma congelada que están en las cabeceras de las cuencas. Son embalses naturales congelados. Funcionan como un sistema de equilibrio de las cuencas en períodos adversos en el caso de sequía y se ha señalado desde los primeros estudios -en la década del 80’- que por ejemplo para el caso del Maipo no hubo racionamiento en la ciudad de Santiago porque los glaciares en la cuenca del Maipo aportaron hasta el 70% del caudal. Por lo tanto, hubo disponibilidad en la ciudad de Santiago.

Ahora mismo, el verano pasado, la dificultad de caudales en el río Maipo fue complejo, tuvieron que ajustarse los regantes para portarle el agua a Santiago, pero finalmente la ciudad no tuvo racionamiento, como otras ciudades del mundo, por ejemplo, Sao Paulo en América Latina que tuvo racionamiento en años de sequía. Justamente, porque tenemos el respaldo, el seguro de los glaciares. Si tú tuvieras que calcular el valor financiero de ese seguro hídrico en Chile no habría millones para pagar el seguro hídrico que significan los glaciares. Pero en Chile, las autoridades principalmente influenciadas por el lobby minero que está ocupando las cabeceras de cuenca en la minería en altura en Chile, tenemos el gran problema porque se oponen a que sean valorizados en lo que realmente significan para la sociedad chilena.

 

¿En qué consiste la ley para la protección de los glaciares andinos amenazados por la minería? ¿Qué pretende exactamente y por qué es tan importante?

Sara: No solamente es para los amenazados por la minería, sino que para todos. Lo primero que establece la Ley es que establece el glaciar como un bien público. Hoy día no existen en la legislación, hoy día solamente están mencionados -después de todo el escándalo de Pascua Lama- en la Ley de Base de Medio Ambiente, donde sí hay glaciares está ubicado un estudio de impacto medio ambiental, eso es todo lo que hay. Entonces la ley lo primero que hace es reconocer, traer al marco jurídico los glaciares, hacerlos existir y declararlos como bienes públicos.

Después de eso, se establecen una serie de clasificaciones de los distintos tipos de glaciares y después se establece la protección del glaciar y el área donde está, que es el permafrost, todo el suelo congelado que permite que el ecosistema glaciar, que no es solamente el glaciar solo donde termina el hielo, sino todo lo que lo rodea, se define el área de protección. Finalmente, se establecen actividades permitidas, actividades limitadas o restringidas y actividades prohibidas, que en general son todas aquellas actividades que puedan afectar al glaciar en su superficie. 

 

¿Qué opina sobre el panorama actual en el país en materia de protección de glaciares y naturaleza?

Sara: Yo creo que hay una claridad creciente en la sociedad chilena, pero hay un Estado y una parte importante del sector político que está capturado por el sector minero con la excusa de que es el mayor aporte a la economía.  La verdad es que las cuentas que se sacan están mal hechas y por lo tanto no se están incluyendo los niveles de vulnerabilidad que está implicando mantener la minería en altura tal como se está desarrollando hoy día en Chile, que es absolutamente no sustentable. Todavía hay un sentido común en la burocracia estatal y política que pone el PIB antes de todo. No se dan cuenta que podemos vivir sin cobre o con menos cobre, pero no podemos vivir sin agua. Ahí hay un tema simplemente de una mentalidad extractivista y de corto plazo que no está viendo que proteger el agua implica un desafío mayor. La minería no puede seguir desarrollándose en altura y menos en áreas de glaciares, porque justamente los países de montañas dependemos de las montañas, del agua de las montañas.

 

¿Qué mensaje le gustaría entregarle a la gente? ¿Cómo cree que como sociedad podemos ayudar a la protección de la naturaleza y qué camino deberíamos seguir para lograr la protección de los glaciares?

Sara: Yo creo que la sociedad chilena tiene que ponerse de pie con toda la dignidad que merece y señalar que tienen una opción por la vida y por las futuras generaciones. Eso implica, principalmente, asumir la causa de la protección del agua, allí dónde esté y de la forma que esté. Implica defender la cordillera de los Andes, donde están ubicados los glaciares. Implica particularmente concentrarse en la protección y la restauración de las cuencas y obviamente, significa toda la protección de los otros ecosistemas fundamentales para la vida y para la mantención de las aguas como son los humedales, las turberas, las desembocaduras de los ríos. Nosotros sin mantener los sistemas hidrológicos, las redes hídricas de nuestro país no tenemos ningún futuro

Lo que nosotros tenemos que tratar de mantener es el país sano y no meter a Chile en la UTI, si nosotros destruimos los glaciares, destruimos los humedales de altura, etc. Vamos a tener una enfermedad ambiental, una escasez, una degradación ambiental estructural sin agua y por lo tanto va significar meter al país en estructuras tecnocráticas que son muy caras de mantener (…) Son soluciones absolutamente imposibles de pagar para todos los chilenos y claro, podrán ser una solución para la minería, porque manejan unas cajas de dinero enormes, pero esa no es la posibilidad de la mayoría de la población.  La posibilidad de mantener una buena calidad de vida y la vida misma, la sobrevivencia de la población es proteger la naturaleza.

 

Foto Destacada: 

  • Cajón del Maipo, Región Metropolitana, Chile / © Marco Aguilar. Link ubicación