Cada vez que escuchamos la palabra Antártica, la gran mayoría de nosotros piensa en infinitas llanuras blancas, en paredes azuladas, picos de hielo y una temperatura tan baja como hostil. La sola idea de temperaturas elevadas y un paisaje de vastos arboles florales ubicados en el polo sur, podría tener cabida solamente como parte de una fantasía distópica, muy alejada de nuestros conceptos sobre la Antártica.

©Alfredo Soto / foto actual de la Antártica.

Muy lejos de ser una teoría descabellada, en realidad corresponde a una minuciosa investigación llevada a cabo por el equipo internacional de geocientíficos dirigidos por el Instituto Alfred Wegener para la Investigación Polar y Marina (AWI), la cual fue publicada en la revista Nature el pasado 1 de abril del 2020.

© Karsten Gohl / Instituto Alfred Wegener La plataforma de perforación del fondo marino MARUM-MeBo70 trabaja directamente frente al borde de la plataforma de hielo del glaciar Pine Island.

Los investigadores rescataron un núcleo de sedimentos en el mar de Amundsen, en la Antártica occidental, en la expedición PS104 del buque de investigación alemán Polarstern del 6 de febrero al 19 de marzo de 2017. A partir de una perforación en la que se utilizó una plataforma de perforación del fondo marino MARUM-MeBo70, desarrollada en Bremen y que fue usada por primera vez en la Antártica. El archivo climático que los investigadores recuperaron, se hizo evidente, cuando el núcleo de sedimento fue examinado en un tomógrafo computarizado (CT). Las imágenes del CT mostraron una red radicular densa, que atravesaba toda la capa de hielo de arcilla de grano muy fino, en la que se podían reconocer grupos de células leñosas, incluyendo rastros de las primeras plantas con flores dentro de estas altas latitudes antárticas. Se encontraron además, raíces, polen, esporas y restos de la existencia de una vegetación de selva tropical templada y pantanosa, de hace unos 90 millones de años, preservados desde el período Cretácico. Las muestras indican que la temperatura en esta zona costera, al oeste de la Antártica eran en promedio de 12 grados centígrados. Un escenario sin duda inimaginable hoy en día para la región polar.

© T. Ronge /Instituto Alfred Wegener. Los pilotos de MeBo Thorsten Klein (izquierda) y Siefke Fröhlich de MARUM en el contenedor de control del MARUM-MeBo70 en la cubierta del FS Polarstern durante una perforación.

El período cretácico considerado hace unos 145 a 66 millones de años, además de ser el periodo temporal en donde habitaron los dinosaurios, fue también el más cálido de los últimos 140 millones de años. La temperatura de la superficie del mar cerca de los trópicos era de 35 grados centígrados como media, el nivel del mar era de unos 170 metros adicionales a los que tenemos en la actualidad. Pero a pesar de algunas nociones referentes a los antiguos escenarios de la tierra, esta investigación cala hondo, y es tremendamente reveladora para la historia climática de la Antártica. De la cual, sin duda a raíz del núcleo de perforación frente al glaciar de Pine Island, presentará nuevos precedentes y oportunidades para el cuerpo científico  de reconstruir el clima de la Antártica occidental. “Cuando lo inspeccionamos por primera vez a bordo, notamos de inmediato el color inusual de esta capa de sedimento. Era claramente diferente de los depósitos por encima. Los análisis iniciales también sugirieron que encontramos una capa a una profundidad de 27 a 30 metros debajo del fondo del mar que debe haberse formado una vez en tierra y no en el mar «, informó el primer autor, el Dr. Johann Klages, geólogo de AWI.

©JP Klages / Instituto Johann Klages FS Polarstern frente a un poderoso iceberg en Inner Pine Island Bay, Antártica Occidental.

Convenio CIGA-FGC: Este artículo se publicó bajo el acuerdo de colaboración entre el Centro de Investigación GAIA Antártica de la Universidad de Magallanes y la Fundación Glaciares Chilenos.

Fuente: www.awi.de / INSTITUTO ALFRED WEGENER Centro Helmholtz de Investigación Polar y Marina.