Un estudio publicado en Journal of South American Earth Sciences (Revista de Ciencias de la Tierra de América del Sur, en español) evidenció  tras el análisis de 70 glaciares ubicados en la cordillera de la Región Metropolitana, que existe la probabilidad de remociones de masa de tipo glaciar por primera vez en la zona central.

Los autores Felipe Ugalde y Sergio Sepúlveda, pertenecientes al Departamento de Geología de la Universidad de Chile, destacaron el enfoque preventivo de la investigación para estudiar cuatro masas de hielo ubicadas en la cuenca del río Volcán. La preocupación recae en los poblados cercanos a los glaciares Loma Larga, El Morado, Mesoncito y Muñiri.

“Las remociones en masa de origen glaciar han sido poco estudiadas en la zona central de Chile, pese a que aquí se concentran los glaciares más grandes al norte de la Patagonia”, reconoce Felipe Ugalde.

Área de estudio de la Investigación. Departamento de Geología, Universidad de Chile.

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Contexto de la investigación

Es importante comprender que los glaciares están en constante movimiento, desplazándose por efecto de su propio peso y la fuerza de gravedad. Bajo la presión de las capas superiores, el hielo se deforma y se desliza, a veces ayudado por una capa de agua en su base que actúa como lubricante. 

Aunque parezcan inmóviles, estos cuerpos se comportan como un fluido muy denso, avanzando desde unos pocos centímetros hasta varios metros por día. La investigación analizó los glaciares ubicados en la alta cordillera del Cajón del Maipo en base a cinco criterios geológicos:

  1. Avalanchas de hielo: desprendimientos causados por la gravedad que suelen ocurrir en glaciares colgantes con inclinaciones mayores a 30°.
  2. Vaciamientos súbitos de lagos glaciares: también conocidos como Glacial Lake Outburst Flood (GLOF), ocurridos tras el desprendimiento de hielo que pueden provocar aluviones catastróficos. 
  3. Lahares primarios: formados por el lodo generado de la interacción glacio-volcánica, es decir, entre hielo y lava de un volcán activo.
  4. Deslizamientos catastróficos de glaciares: colapsos repentinos ocasionados en pendientes menores a 20°, provocando la pérdida parcial o total de la masa glaciar. Un ejemplo de estas remociones es el Glaciar Aparejo en 1980.
  5. Avances súbitos de glaciares: aceleraciones inusuales o cambios abruptos en extensión, forma y velocidad del glaciar en un corto período de tiempo. 

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Glaciar Loma Larga, región Metropolitana. Fotografía: Álvaro Zerené

 

Riesgos para la población

De acuerdo con la investigación, los efectos del calentamiento global por la actividad humana en los glaciares deberían considerarse como una nueva variable para la gestión y prevención de riesgo, sobre todo frente a posibles escenarios de este tipo de desastres naturales.

Felipe Ugalde enfatiza que «las remociones de origen glaciar han sido poco estudiadas, principalmente porque no son ampliamente conocidas y, en parte, por su baja frecuencia. Sin embargo, la hipótesis actual plantea que, dada la aceleración de los cambios que experimentan los glaciares producto del cambio climático, es fundamental considerarlas».

Además, los geólogos explican que pese a la poca densidad poblacional en los sectores cordilleranos como el Cajón del Maipo, se debe tomar en cuenta que un glaciar cercano, bajo ciertas condiciones muy específicas, puede colapsar. Aunque son fenómenos de baja frecuencia, sus consecuencias pueden ser altamente destructivas.

Casos conocidos en Chile

En marzo de 1980, ocurrió el desprendimiento del Glaciar Aparejo en el Cajón del Maipo, en donde más del 85% de su masa desapareció y avanzó alrededor de 3,7 kilómetros cuesta abajo. El evento no tuvo víctimas fatales pero, cinco montañistas que estaban acampando en las cercanías presenciaron el hecho e informaron a las autoridades.

Recuperación del Glaciar Aparejo después de 40 años desde su desprendimiento. Ladera Sur, 2024.

Otro caso conocido es el del Estero Parraguirre en 1987, originado por el colapso de un talud en la cabecera del río Colorado, lo que generó un aluvión de rocas y hielo. El flujo descendió más de 50 kilómetros por el Estero, Río Colorado y Río Maipo, alcanzando grandes velocidades y olas de hasta 30 metros, destruyendo la central hidroeléctrica Alfalfal I y causando la muerte de al menos 37 personas.

Gráfica que muestra el origen de esta catástrofe. Volcanes de Chile, 1995.

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En los Campos de Hielos Patagónicos suelen ocurrir con frecuencia estas remociones de masa y se lleva registro de vaciamientos súbitos de lagos glaciares hace décadas. La previsión de estos eventos no es fácil y el conocimiento del estado de un glaciar requiere múltiples fuentes de datos y enfoques científicos para evaluar, y así poder determinar si es o no una amenaza.

Por consiguiente, no es posible afirmar si estos fenómenos van a ocurrir, pero tampoco se pueden descartar. “El llamado es a profundizar los estudios para responder con mayor certeza si existe o no riesgo futuro y, en consecuencia, integrar esa información a la planificación territorial y a la gestión del riesgo de desastres”, declaró Ugalde.

Desde Fundación Glaciares Chilenos destacamos la relevancia de este tipo de investigaciones, que reafirman la urgencia de monitorear y estudiar de manera preventiva los glaciares y entornos de alta montaña en nuestro país. Investigaciones como esta no solo enriquecen el conocimiento científico, sino que también aportan directamente a la protección de comunidades y ecosistemas vulnerables frente al cambio climático y los riesgos asociados a la transformación del paisaje glaciar.

Este trabajo es un ejemplo de «glaciología aplicada» y corresponde a la tesis de magíster de Felipe Ugalde. Actualmente, Felipe cursa el doctorado en Ciencias, mención Geología, de la U. de Chile, bajo la tutoría del Dr. James McPhee, del Departamento de Ingeniería Civil U. de Chile.

Glaciar Aparejo, 2024. Fotografía: Felipe Ugalde.

 

Glaciar Aparejo, 2024. Fotografía: Felipe Ugalde.

 

Fuentes: