Este domingo 17 de diciembre, nuestro país vivirá una nueva jornada histórica de votación, donde se decidirá sobre nuestro futuro a nivel constitucional. Llega a su fin el “Proceso Constitucional 2023” y nos enfrentamos a un escenario desfavorable, en donde al votar en contra de la propuesta, la cual no termina de convencer a la ciudadanía ni expertos, nos llevará a mantener la carta magna actual elaborada en 1980 durante la dictadura civil-militar.

El escenario es sumamente complejo. El texto actual que nos rige y la propuesta se encuentran sumamente desactualizados en términos ambientales y sociales. Ya en el año 2020 se realizaba de manera histórica un plebiscito que evidenció que nuestro país necesitaba de manera urgente cambios a nivel constitucional y, luego de un proceso donde se rechazó una primera propuesta, tenemos hoy una nueva alternativa. Pero nos preguntamos, en el contexto de la actual crisis climática ¿Es suficiente esta propuesta de nueva constitución?

Como organización de la sociedad civil hemos sido agentes activos en la participación de ambos procesos constitucionales, presentando Iniciativas Populares de Norma, exponiendo ante las comisiones pertinentes y sobre todo, informando a nuestra comunidad los alcances de cada proceso y propuesta.

En ese contexto, hemos seguido con especial atención y preocupación el proceso constituyente actual. Si bien, la actual constitución no da el ancho para las urgencias que enfrentamos como país, esta nueva propuesta no sólo es insuficiente e insatisfactoria, no soluciona estas problemáticas y viene a sentenciar problemas ambientales catastróficos para la sociedad y nuestro futuro.

Es por esto, que luego de analizar en detalle la propuesta en términos ambientales, como Fundación Glaciares Chilenos hacemos un llamado tajante y urgente a votar EN CONTRA, basándonos en 5 motivos que consideramos perjudican el futuro de nuestra sociedad y medio ambiente. En Fundación Glaciares Chilenos votamos EN CONTRA porque:

  1. Se constitucionaliza y permite la propiedad del agua en todos sus estados, favoreciendo la privatización de ríos, lagos y glaciares.
  2. No se garantiza la protección para glaciares y océanos ni se consideran estos elementos como componentes vitales de los ecosistemas.
  3. Se prioriza el desarrollo económico por sobre la protección ambiental, sin considerar una visión de sostenibilidad a futuro.
  4. Se limitan las herramientas legales para la defensa de la naturaleza, como el recurso de protección ambiental.
  5. La propuesta deja a niñas, niños y jóvenes sin una educación ambiental integral y de calidad.

Esta nueva propuesta no solo presenta una ausencia de principios ambientales básicos, también desaprovecha la oportunidad de establecer una institucionalidad robusta para la defensa de la naturaleza y asegurar así el futuro de la sociedad. Mantiene los peores vicios del modelo económico y legislativo actual, resguardando a nivel constitucional la propiedad privada de los recursos de agua por sobre el bien común, retrocediendo notoriamente si lo contrastamos con el actual Código de Aguas del año 2022, que prohíbe esta práctica en aguas de origen glaciar, lo cual, en el contexto de emergencia climática, los eventos de mega sequía y la tendencia del aumento de las temperaturas, resulta un elemento vital de proteger para la sociedad y ecosistemas.

Como Fundación Glaciares Chilenos entendemos que este proceso nos llevó a un escenario que no es el ideal para la defensa del medio ambiente, ¿retrocedamos en derechos o nos mantenemos en donde estamos?. Estamos convencidos de que debemos llamar a votar en contra de esta propuesta por los riesgos que representa para los avances obtenidos como sociedad y en materia medioambiental, sin que eso signifique que respaldamos la actual carta magna.
Nuestro compromiso, independiente del resultado que se obtenga tras esta votación, es y seguirá siendo la protección de los glaciares y la naturaleza.