Numerosas glaciaciones de gran magnitud se han sucedido en la Tierra durante los últimos 2.7 millones de años. Uno de los fenómenos que caracteriza estos períodos globales extremadamente fríos, es la aparición de extensos mantos glaciales que ocupan las latitudes altas y medias de ambos hemisferios. Gracias a evidencias geomorfológicas de materiales depositados por el arrastre glacial, como las morrenas, se ha logrado delimitar la extensión de estos tremendos cuerpos glaciales a lo largo del planeta, siendo el de mayor envergadura el Manto Laurentino, el cual fluyó desde el Polo Norte cubriendo Canadá y parte de Estados Unidos. En el hemisferio sur, el cuerpo glacial de mayor superficie durante la última glaciación, se estableció a lo largo de los Andes del Sur y se conoce como Manto de Hielo Patagónico. Los primeros estudios científicos dedicados a las glaciaciones en América del Sur fueron realizados en el marco de las expediciones científicas europeas del siglo XIX, cuando el explorador y científico sueco Otto Nordenskjöld definió por primera vez las extensiones glaciales que salen de la montaña formando un semiarco similar a un cono o abanico (lóbulos glaciales) y que componían el Manto de Hielo Patagónico del área del Estrecho de Magallanes (Nordenskjöld, 1899).

 

Mapa de los límites morrénicos del Manto de Hielo Patagónico de Caldenius / © (Caldenius, 1932)

 

Décadas más tarde otro científico sueco, Carl C:zon Caldenius recorrería más de 15000 km a lo largo de la región patagónica a bordo de un destartalado Ford T, produciendo el primer mapa de detalle de la distribución de las morrenas creadas por el Manto de Hielo Patagónico. Así pues, en 1932 apareció publicado el primer tratado exhaustivo enfocado en los glaciares de los Andes del Sur durante la última glaciación titulado Las glaciaciones cuaternarias en la Patagonia y Tierra del Fuego (Caldenius, 1932). En esta publicación, Caldenius describe con precisión quirúrgica la extensión de los mayores lóbulos glaciales asociados al Manto de Hielo Patagónico, destacando los mapas del área del lago General Carrera/Buenos Aires y lago Cochrane/Pueyrredón.

 

Extensión del Manto de Hielo Patagónico en diferentes puntos en el tiempo. El color de los bordes hace referencia al grado de precisión de los límites glaciales. Azul: alto; Naranjo: medio Rojo: bajo (Davies et al., 2020).

 

El aporte de Caldenius sentó las bases para el estudio actual de la última glaciación en Patagonia, en el que participan varios grupos de investigación tanto nacionales como internacionales. Nuevos mapas basados en metodologías de alta resolución, en conjunto con técnicas de datación modernas y modelos numéricos, han permitido reconstruir la geometría y cronología de las fluctuaciones del Manto de Hielo Patagónico (Davies et al., 2020). De esta manera, durante el último período de máximas condiciones glaciales, se estima que el hielo cubrió la Cordillera de los Andes desde Temuco hasta Tierra del Fuego a lo largo de ~1800 km, extendiéndose desde el océano Pacífico hasta las pampas argentinas y conteniendo ~500000 km 3 de hielo que alcanzó ~2.5 km de espesor (Hulton et al., 2002). Así mismo, sabemos que varios de los lóbulos glaciales de mayor tamaño experimentaron múltiples fases de avance y retroceso de manera casi sincrónica entre los ~35000 y los ~18000 años, cuando el Manto de Hielo Patagónico comenzó a retraerse significativamente hasta formar los actuales Campos de Hielo Patagónicos hace ~10000 años (Davies et al., 2020).

 

Morrena lateral asociada al lóbulo glacial de Estrecho de Magallanes ubicada al norte de Porvenir, Tierra del Fuego. Nótese la escala de la camioneta en el extremo derecho de la imagen / © Rodrigo Soteres.

 

Durante este período de intensa actividad del Manto de Hielo Patagónico, el movimiento del hielo se encargó de construir algunos de los elementos del paisaje más característicos de Patagonia; como los grandes lagos que fluyen tanto hacia el este como el oeste desde la Cordillera de los Andes en la región de Los Lagos hasta Tierra del Fuego, tales como: lago Villarrica, lago Llanquihue, lago General Carrera/Buenos Aires, lago O’Higgins/San Martín, lago Argentino, entre muchos otros. Es más, las morrenas que un día sirvieron como represas de estos enormes cuerpos de agua, aún son visibles en los alrededores de varios destinos turísticos de interés en estas regiones como lago Ranco, Puerto Varas o Punta Arenas. Los glaciares que conformaban el Manto de Hielo Patagónico también contribuyeron a esculpir algunas de las montañas más singulares de nuestra geografía, como Cochamó, las Torres del Paine o el Cerro Chaltén/Fitz Roy, así como a la formación de los innumerables fiordos que caracterizan la costa pacífica patagónica.

 

Cerro Chaltén/Fitz Roy en el Parque Nacional Los Glaciares, Argentina / © Rodrigo Soteres.

 

Hoy en día, se podría decir que los glaciares que adornan las cumbres patagónicas son remanentes de este gran Manto de Hielo Patagónico, por lo que su estudio y conservación no sólo aporta conocimiento sobre la dinámica de uno de los sistemas naturales más magníficos de la Naturaleza o favorece el desarrollo de las actividades socioeconómicas, sino que además preservan páginas fundamentales en la historia del paisaje y el relato de los pobladores de Patagonia.

 

Fuentes:

  • Caldenius, C. C. (1932). Las glaciaciones cuaternarias en la Patagonia y Tierra del Fuego. Geografiska Annaler Series A: Physical Geography, 14, 1–164.
  •  Davies, B. J. et al. (2020). The evolution of the Patagonian Ice Sheet from 35 ka to the present
    day (PATICE). Earth-Science Reviews, 103152
    https://doi.org/10.1016/j.meegid.2020.104171
  • Hulton, N., Purves, R., & McCulloch, R. (2002). The last glacial maximum and deglaciation in
    southern South America. Quaternary Science Reviews, 21(1–3), 233–241.
  • Nordenskjöld, O. (1899). Geologie, geographie und anthropologie. Schwedischen Expedition
    nach den Magellanslandern. Stockholm: Norstedt and Soner.

Foto Destacada: 

  • Campo de Hielo Sur, Provincia de Santa Cruz, Argentina / © Joel Reyero. Link ubicación